Si estás cansado de ver series en donde los protagonistas son asesinos, seres violentos, corruptos, conspiradores, personas que no contribuyen en ningún beneficio más que al propio; entonces, quizás, te interesen las siguientes series:
Treme
Muchas personas me dirán que ya que hablo de Treme por qué no hablo de The Wire, serie del mismo autor y que también es magnífica. Pero es que en esa serie (mi segunda favorita), una parte de sus protagonistas no cumplen los requisitos de este post. En Treme, fundamentalmente, todos sus protagonistas son dignos de admiración, salvo algunas excepciones. Y, a diferencia de The Wire, la serie está protagonizada por los héroes, representados por personas que luchan por la continuidad de la cultura, la identidad, la dignidad, la legalidad y el Jazz como símbolo de identidad de Nueva Orleans.
La serie cuenta las aventuras y desventuras de los habitantes de esta ciudad tras el Huracán Katrina. La mayoría de sus protagonistas son músicos, pero también se cuentan las historias entrecruzadas de una abogada, un policía, un periodista, una cocinera y un esperpento llamado David, un DJ que acaba resultando un personaje cautivador. Todos ellos, de alguna manera, se enfrentan a la degradación propiciada por la corrupción y los intereses inmobiliarios que no dudan en arrasar con la historia cultural por unos cuantos beneficios —¿os suena?—. En la actualidad, resulta difícil no saber qué significa la gentrificación, pero para quien no lo sepa, se trata de cuando en un barrio se intenta desplazar a los legítimos habitantes por otros con mayor poder adquisitivo y especular urbanísticamente. Treme es un ejemplo claro de la gentrificación a costa de la identidad, algo que se conoce muy bien en Barcelona, en Sevilla y en mi ciudad, Valencia, donde los intereses inmobiliarios y políticos intentaron destruir una parte de un barrio histórico para construir una zona comercial y viviendas de lujo. Por suerte, los vecinos del Cabanyal lograron parar los planes del Ayuntamiento durante 17 años. En la últimas elecciones municipales, por fin, tras el cambio del Consistorio, los vecinos lograron detener los planes urbanísticos y conseguir una restauración del barrio, recuperando así la riqueza de una zona de gran valor arquitectónico para Valencia y sus habitantes.
La serie es un documento musical, un desfile de personajes entrañables con los que salir a divertirse cualquier noche, de bellas personas con las que despertar de resaca, e inolvidables héroes que luchan a pecho descubierto contra los males actuales y globales de nuestro tiempo. Un magnífico guión, escrito mayormente por sus creadores: David Simon y Eric Overmyer. Como alma de la serie y con protagonismo absoluto, tenemos a los músicos de Treme: Rob Brown, Lucia Micarelli, Wendell Pierce, Clarke Peters y Michiel Huisman, entre muchos otros.
The Knick
Esta es sin duda una de las series revelación, estrenada en 2014 y producida por Steven Soderberg. Esta serie nos cuenta la historia de un Hospital de Nueva York en plena era de la revolución médica. Un interesante documento que narra, con un estilo muy personal, el desarrollo de los primeros pasos de la medicina moderna, todo enmarcado en una época de cambios profundos en lo social. La integración, las relaciones humanas, el empoderamiento de la mujer, las drogas, el aborto y otros tantos temas son tratados en esta serie con una perspectiva crudamente humana.
Es una serie honesta, con protagonistas imperfectos, como la sociedad en sí, pero con un sólo propósito: mostrar los avances en las ciencias humanas que suponen el verdadero progreso de las sociedades. The Knick es una serie de médicos capaces de logros impensables en una época donde estaba casi todo por descubrir y conquistar.
En un momento en que prácticamente todas las series ensalzan las vidas de corruptos, mafiosos y asesinos, ahora que parece que lo más importante en esta vida es el dinero y la fama inculta del corazón, cuando el retraso cultural ocupa la mayoría de las horas de los media, series como The Knick se hacen más necesarias que nunca. Es posible que para muchos esta serie no sea más que la muestra de unos seres inmorales, pues muchos de ellos dedican parte de su tiempo a cuestiones bastante discutibles, en lo que a una vida de bien se supone. Sin embargo, es ese pensamiento superficial, empaquetado y vendido, lo que hace a nuestras sociedades débiles, donde personas con corbata pueden seguir robándonos mientras se considera indignas a otras que dedican su día a día al provecho de los demás. Precisamente, es en esta cultura en donde prosperan personajes como Rato, que puede ganar un debate en televisión y la aprobación de la audiencia mientras te roba la cartera.
Es destacable la dirección artística de la serie, muy propia de la HBO. Un magnífico guión y unas soberbias interpretaciones de Clive Owen, Juliet Rylance, André Holland, Eve Hewson, Cara Seymour y un actor que a mí, personalmente, me parece todo un descubrimiento, Chris Sullivan.
Rubicon
Si te gustan las conspiraciones, Rubicon es tu serie. Una espléndida producción de intriga de las que no puedes parar de ver un capítulo tras otro.
La serie trata sobre un grupo de analistas que dedica su labor a investigar a posibles terroristas y cuestiones de seguridad de Estado. Una serie conspiracionista en toda regla, sustentada, capítulo tras capítulo, en un alarde de inteligencia reflejado en un magnífico guión. Un puzzle que se construye a partir de una historia que no es más que un símil de momentos históricos recientes, con una conclusión valiente que no deja indiferente.
La pena de la serie es que como muchas otras de características similares, sólo cuenta con una temporada. En cualquier caso, viendo los contenidos de esta única temporada no sorprende su cancelación. Según la productora, el fin de esta serie estuvo motivado por la falta de audiencia, pero series con menos audiencias han continuado. Me atrevería a dudar de que la audiencia fuera la única razón de su cancelación, más cuando la serie tenía todas las características para convertirse en una de las grandes y sus costes estarían lejos de ser la excusa. Tampoco se puso ningún esfuerzo en su difusión, una de las capacidades más que demostradas de la todopoderosa AMC, también productora de Breaking Bad. Es difícil saberlo, pero quizás no ayudó en su renovación sus implicaciones políticas, porque mete el dedo en la llaga y señala algo que cada día suena menos conspiranoico.
El guión es algo que destaco en prácticamente todas las series de este post —¡qué le vamos a hacer?—. Pues bien, una serie de intriga no puede sostenerse sin un buen guión, y esta serie no es la excepción. Como actor principal cuenta con James Badge Dale, quien realiza una magnífica interpretación, también son destacables sus compañeras de reparto Jessica Collins, Lauren Hodges, Dallas Roberts y Michael Cristofer, entre otros. También hay que decir que la serie tiene muy buen ritmo, logrado por todo un cuadro de directores de los que apenas repite episodio Jeremy Podeswa.
Mr. Robot
Para los amantes del universo hacker, del sabotaje y de otras formas de economía, Mr. Robot es sin duda su serie. En esta serie se nos presenta un personaje con ciertos problemas psicológicos y tremendamente inteligente, un perfil no demasiado original en los últimos tiempos, pero que da mucho juego. O, quizás, es que en realidad todos estamos un poco locos y ésa sea la verdad. Desde luego, pocos pueden ser tan inteligentes como Mr. Robot. En cualquier caso, y aunque sea un personaje recurrente, en la serie saben exprimir al personaje hasta el extremo, generando un entorno narrativo muy rico, quizás algo predecible, pero bien compensado con una buena dosis de realismo social.
Esta serie estrenada en 2015 sólo cuenta con dos temporadas pero va a renovar una tercera, gracias a los innumerables fans que ha sabido cosechar. Esto le ha permitido continuar muy a pesar, seguramente, de los poderes que tan mal parados salen en la serie. Una serie que como Rubicon se mete en un universo que cada día parece más propio de la realidad que de la ficción, con una visión conspiranoica del mundo propiciada por la globalización de los poderes económicos. De hecho, la serie se permite usar como referente a Enron, rebautizada en Evil Corp, la primera gran corporación que quebró y que significó, en gran medida, el origen de la crisis. Esto reveló una de las mayores estafas piramidales de la historia, realizada por la sociedad de auditoría y contabilidad Arthur Andersen, una de las más grandes del mundo.
En la serie, su protagonista, junto a un grupo carismático de hackers, se embarca en la aventura de conseguir algo que bien nos vendría a todos dada la situación actual, pero que, seguramente, no está al alcance de ningún hacker en la realidad —¿o sí? Ojalá—.
Lo más destacable de la serie, además de la aventura tecnológica hacker, es el retrato que ofrece de la élite que está llevando al mundo al fracaso más absoluto. De hecho, uno de los aspectos más interesantes de la serie son los personajes antagonistas y el universo que les rodea, muy familiar para todos aquellos que hayan tenido la desgracia, alguna vez, de estar cerca de esta clase de individuos, de ese 1% de la población mundial.
La serie se sustenta en personajes muy caricaturizados pero al mismo tiempo hipnóticos. A este respecto, habría que darle un merecido reconocimiento al casting por la elección del personaje principal, Rami Malek, y su antagonista Martin Wallström. Ambos actores llenan la pantalla y cuando están los dos juntos logran transmitir tal tensión que resulta del todo perturbador. La serie peca de aspectos algo predecibles y de una superioridad informática algo discutible. Sin embargo, su protagonista es alguien a quien seguiría un servidor en todas sus aventuras, un héroe de verdad con algún que otro defecto pero con un auténtico propósito.
Carnivale
Es sin duda la serie más peculiar de todo este post, una producción no apta para todos los públicos, bastante inquietante y difícil. Muchas personas me han confesado que no han sido capaces de ver más de tres capítulos, algunas de ellas porque les daba miedo —y lo entiendo—. En mi opinión, se podría calificar como la primera serie de autor, tanto por lo que se cuenta como por cómo se cuenta. Su formato es sumamente personal y, quizás, por eso resulte tan difícil de asimilar. Sin embargo, no pasó desapercibida la gran calidad de esta serie por la crítica, aunque es cierto que no consiguió las audiencias necesarias para una de las producciones más caras de la HBO.
No sería fácil decir que esta serie fue cancelada por sus contenidos, como si me atrevería a decir de Rubicon. Carnivale contó con una buena difusión y obtuvo varios Emmys, pero era demasiado para la audiencia, sobre todo la estadounidense. Es imposible que una producción así despertara simpatías entre lo distintos poderes, los patriotas americanos y la iglesia. La serie no deja títere sin cabeza y ofrece una visión del Estados Unidos más religioso y paleto, y al mismo tiempo retrata el origen de la cultura occidental. Por otro lado, sus protagonistas son un conjunto de frikis auténticos, propios de La Parada de los Monstruos; no los protagonistas habituales, guapos y lozanos. Además, la serie tiene una factura muy perturbadora. Todos estos ingredientes motivaron el abandono paulatino de las audiencias y la consecuente cancelación de la serie.
En mi opinión, es una pena que esta serie no pudiera concluir, pues todas las razones que la llevaron a su fracaso serían las razones que seguramente la habrían convertido, con el paso del tiempo, en una serie cumbre, abriendo el camino a otras series de similares características. Seguramente no sea quien para decirlo, pero quizás se haya perdido la oportunidad de hacer historia con esta serie, al igual que sucedió con la también cancelada Deadwood y muchas otras que no han podido ver la entrega de todas sus temporadas. Seguramente, si Ciudadano Kane hubiera sido una serie, la habrían cancelado en su primera temporada y nunca se habría podido saber el alcance de su valor. Ése es el problema de las series, los productores en su infinita sabiduría cancelan en función de los beneficios y privan al público de posibles joyas. Aunque se ha avanzado de una manera increíble en las series, siempre habrá algo más que conquistar.
Carnivale en sí trata sobre el bien y el mal, así se enuncia desde su primer minuto, y todo su desarrollo gira en torno a su definición mediante personajes un tanto ambiguos, lo que sostiene un buen suspense para toda la serie. De hecho, dilucidar donde reside el bien y el mal será uno de los alicientes de cada capítulo, comprender el verdadero espíritu de los personajes.
Ambientada en la depresión americana, sus protagonistas, además de frikis, son unos desarrapados aunque con cualidades notables. Su protagonista, es alguien con virtudes ocultas a primera vista, el retrato de un marginado, pero un ser fundamental.
Un guión impresionante, escrito en su mayoría por el creador de la serie Daniel Knauf. Una interpretación espectacular por parte de todo su casting: Michael J. Anderson, Adrienne Barbeau, Clancy Brown, Debra Christofferson, Tim DeKay, Clea DuVall, Carla Gallo. Destaco a estos actores como podría destacar a muchos otros.
Recursos
- Imagen destacada de Mr. Robot albergada en Devian Art
- Imagen de Rubicon albergada en Cinema Fantástica!
- Imagen de The Knick albergada en la web avisonmagazine.com
- Imagen de Mr. Robot albergada en wikimedia.
- Imagen de Carnivale albergada en Amazon.