PRESENTACIÓN DEL ANÁLISIS DE LOS SIETE SAMURÁIS
Los siete samuráis fue una película dirigida por Akira Kurosawa y estrenada en 1954. Y aunque no obtuvo grandes premios en su estreno, influiría a lo largo del tiempo en numerosos directores y en la cinematografía en general. Tanto es así que actualmente ocupa un preciado lugar en los principales rankings dedicados a las 100 mejores películas de la historia, como el de IMDB, Sight and Sound’s top 50 movies poll, Rotten Tomatoes, The Hollywood Reporter y la revista Empire, donde ocupó el primer lugar en 2010.
Esta película, a nivel cinematográfico tiene algunas cualidades que la hacen única, como una introducción de poco más de una hora, algo inaudito en la historia del cine, o el rodaje fuera de estudio, donde destacan las tomas de la última batalla, realizadas bajo una tormenta real.
A nivel de significado, lo obvio sería, decir que esta película va sobre samuráis, sobre la injusticia, el valor, sobre los principios morales que deberían regir al guerrero, una crítica a la dejación de los gobiernos en sus deberes con el pueblo, de las miserias atemporales del agricultor, del amor, de la vida y la muerte. Todo eso está en esta película y mucho más. Pero sobre todas las cosas, lo que prima, es el sentido de la vida.
Y es que, no es lo mismo morir por la ambición que por el honor, no es lo mismo sacrificar tu vida por el pueblo que por el señor, no es lo mismo compartir las miserias del campesino, de la clase trabajadora, que aprovecharse de ella, no es lo mismo luchar por el débil que por el fuerte, no es lo mismo enriquecer el bolsillo que el espíritu. No es lo mismo morir por el bien que por el mal.
Los siete samuráis es una película que trata, desde distintas perspectivas, lo que supone enfrentarse a la vida. Pero, sobre todo, ensalza el valor mismo de llevar una vida honorable, coherente, basada en principios, donde la fraternidad es la base de todo. No es suficiente tener un objetivo en la vida, además, ésta debe tener un sentido. ¿De qué sirve satisfacer nuestras ambiciones, si éstas sacrifican lo que nos hace humanos?
Akira Kurosawa nos ofrece una visión del guerrero, pero es una visión particular. Quizás como crítica a la concepción misma del guerrero al servicio del señor. Pues, en sí, la palabra samurái significa el que sirve, y su concepción nació en pleno feudalismo japonés. Esto es, los samuráis estaban al servicio de un señor, quien a su vez, debía velar por el bienestar del pueblo a su cargo. Pero como en cualquier sociedad autoritaria, al final, el pueblo, no es otra cosa que el objeto de la rapiña de los poderosos, donde los samuráis representan una amenaza más.
Sin embargo, en esta película, Los siete samuráis se ponen al servicio del pueblo, dando un nuevo sentido al camino del samurái, del bushido que debe regir la vida del guerrero. Y no lo hacen por fortuna, fama o éxito, ni siquiera por el arroz que reciben a cambio y que acaban regalando a las niños. Lo hacen, porque de no hacerlo, sus vidas, sus creencias, no tendrían sentido.
En este podcast han participado Luis Sanmartín (filósofo, antropólogo y fundador de Vertiente Crítica) y Miguel García Olivares (filósofo y profesor de secundaria). Conduce Josep Sanmartín (comunicador y fundador de Vertiente Crítica).
(Puedes escuchar el análisis por medio del player de iVoox, o ver el vídeo gracias al player de YouTube que encontrarás en la parte superior).
Si te ha gustado este podcast, te recomendamos que leas este artículo: Los siete samurais: bushidō, justicia, el valor del grupo, historia y mitología